28 de diciembre de 2014

Cuestión de Marketing

 
 

Conozco a una persona cuyo sino es
perder trenes,
ignorar momentos mágicos,
desperdiciar minutos incontables
desmadejar instantes inútiles,
llorar lágrimas injustas.

Conozco a una persona
que no sabe estar
en el lugar adecuado
en el momento preciso
que no respeta su espacio
cuando está solo
que no acierta el resultado de un partido
ni viéndolo en diferido.

Conozco a alguien
que no cree en la suerte
pero que se maldice de la que le tocó,
que es injusto con la única persona
que le conoce y le replica
al otro lado del espejo.

Lo conozco desde hace tiempo
y debo confesar que a veces
me veo reflejada en sus mismos errores:
Pierdo trenes,
ignoro instantes mágicos
los minutos se me escapan
entre instantes y lágrimas inútiles.

No seré yo quien niegue
haber caído en el lugar menos indicado
a la hora más intempestiva
Eso sí, yo no lo llamaría mala suerte
sólo ceguera social transitoria.

En definitiva,
todos llevamos
un inocente en nuestro interior
la cuestión
es saber disimularlo.

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